La noche estaba completamente oscura. Dentro del auto negro, Susana se sintió agobiada y bajó la ventanilla.
Afuera se veía el tráfico constante de la ciudad, el bullicio de la vida cotidiana.
El chofer notó su mal humor y le dijo consideradamente:
—Señorita Paz, no se preocupe, no le diré nada al señor Mesa sobre lo que pasó.
Susana se quedó sorprendida, luego respondió con calma:
—No hay problema.
Se recostó contra el asiento de cuero y se cubrió bien con el abrigo de piel para sentirse más abrigada.
Adelante, Judy se disculpó en voz baja.
Perdida en sus pensamientos.
El teléfono sonó dos veces, la pantalla se encendió y luego se apagó.
Después de un largo momento, Susana lo revisó. Era un mensaje de WhatsApp de Lucas: "Felicidades".
Esa palabra hirieron profundamente el corazón de Susana, quien esbozó una sonrisa fría.
Quien lastima, ni se entera.
...
Media hora después, el auto entró despacio a la villa de los Mesa.
Judy la ayudó a bajar del auto y le preguntó en voz baja:
—¿Quiere