Diez días después. Palmas Doradas, Grupo Innovar.
Al atardecer, Damián fue a la empresa para ocuparse de algunos asuntos urgentes.
Apenas salió del ascensor, Milena se acercó con expresión incómoda:
— La señorita Balmaceda está aquí.
Damián se detuvo.
Miró el rostro de Milena, guardando silencio durante mucho tiempo.
Hace dos años, después de que Aitana dejara Grupo Innovar, no había vuelto a pisar este lugar. Si venía hoy, seguramente sería por el pequeño Mateo.
Después de un momento, Damián preguntó suavemente:
— ¿Dónde está?
Milena respondió rápidamente:
— La señorita Balmaceda aún está en cuarentena postparto. La he acomodado en su oficina. Su rostro se ve pálido, probablemente debido a la pérdida de sangre... apenas han pasado diez días desde el parto.
Con pocas palabras, llegaron a la puerta de la oficina. Milena la abrió y luego se retiró discretamente.
Damián entró y cerró suavemente la puerta.
La habitación estaba en silencio.
A finales de mayo, Aitana llevaba un vestido holga