Capítulo 161
Más tarde, Mariana tosió un par de veces.

Damián tomó un vaso de agua y se lo dio a Mariana, mostrándose muy atento.

Aitana sabía que esta escena de cariño era algo que Mariana hacía a propósito para que ella lo viera, para desanimarla y hacerla retroceder. Lástima que Aitana ya se había desilusionado de Damián hace tiempo, así que esto no le afectaba en absoluto.

Pero la presencia de Mariana seguía molestándola.

Mientras Aitana pensaba en aguantar hasta el final, Zarina comentó en voz baja: —Para la próxima salida, habrá que consultar con un vidente, si no es fácil encontrarse con cosas impuras.

Aitana sonrió levemente: —Mamá, ¿aprendiste ese humor de Leonardo?

Esteban se acercó: —¡Ese es mi suegro!

Aitana le lanzó una mirada fulminante.

Zarina, sin embargo, se rio. Su Aitana era capaz y brillante; si se emparejaba con alguien tan alegre como él, no estaría mal.

Era guapo, tenía buen cuerpo y dientes blancos.

Zarina lo pensó distraídamente, pero Esteban realmente la trataba como a una
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