La traición de Michael

Vanessa, salió de la lujosa oficina del CEO con el corazón a punto de salirse de su garganta, no, ni en su sueño más loco se habría imaginado encontrarse algún día en una posición tan... inesperada e incómoda, estaba segura que si le contaba a Ani, o cualquier otra persona la tomarían por loca.

Con los ánimos por los suelos decidió ir al trabajo de su novio, Michael Carrera, él era la pareja de Vanessa desde hacía un año, el hombre la había perseguido durante dos años para que aceptará salir con él, más ahora que ya la tenía de novia le había dejado de interesar sobre todo por qué Vanessa se había negado a darle la prueba de amor cada que él le insistía para que aceptará acostarse con él.

La joven llegaba a la oficina de su novio Michael, con la esperanza de poder desahogarse de todas sus atribulaciones, no se daba cuenta de la mirada con la que la veían los empleados, era algo así entre lástima y compasión, nunca se imaginó que lo que se encontraría sería a su novio besándose con la jefa de contaduría, Vanessa, sintió cómo su corazón se estrujó, ¿cómo podía ser capaz ese desgraciado traidor de haberla engañado con otra mujer? ella lo quería y mucho.

— Entonces... ¿Es así como te la pasas en el trabajo? es toda una sorpresa ver qué mi supuesto novio no es más que un deshonesto hijo de perra — la joven enfermera tenía sus bellos ojos azules acuosos, la rabia de saberse burlada parecía salir de cada uno de sus poros.

—Vanessa! ¿qué haces aquí? ¿por qué no me avisaste que vendrías? es tu culpa que me hayas visto de esta manera, eso te ganas por estarme acosando y vigilando — el descarado hombre ni se inmutaba por haber sido descubierto en plena infidelidad y todavía se atrevía a culpar a su novia.

— ¡¿Quieres decir que es mi culpa que seas un maldito perro infiel y que además debí haberte avisado que venía para no encontrarte besuqueandote con esta... mujer que sabía perfectamente que tenías una novia?! ¡vaya tu si que eres el descarado del año y yo una imbécil que no se dió cuenta la clase de hombre que realmente eres! para la chica era difícil no caerles encima a bofetadas a esos dos, estaba haciendo su mayor esfuerzo por controlar su furia.

— ¡¿Y qué esperabas Vanessa, que Michael, estaría jugando a los novios de manita sudada toda la vida? tú no eres más que una mosca muerta que se hace la pura y santa, él lo que necesita es una mujer no una niñita inmadura como tú — Bety, conocía la relación de los novios por que habían coincidido en reuniones laborales, pero eso le importó muy poco a la hora de meterse en la cama del jefe de Marketing, el hombre siempre le había gustado.

— No me interesa estar con un hombre que no es capaz de mantener el pene dentro de su bragueta cuando no estoy presente y que se enreda con cualquier zorra que se le atraviesa, que te aproveche mientras consigue su próxima conquista — Vanessa, por supuesto no se iba a rebajar al nivel de esos dos.

— En tu vida vuelvas a hablar con mi jefa en ese tono! ¡Me cansé que me hostigues Vanessa, es un beso, no es una follada! !no tienes nada mas que hacer asi que vienes para molestarme!— Michael señalaba con el índice a la decepcionada chica.

— Te equivocas Vanessa, a mí no me hará lo mismo, yo sí le doy lo que necesita, Michael, está tan enamorado de mí como yo de él, somos el uno para el otro, tú nos estabas estorbando.

— ¡Bety, tiene razón, tú no eres una mujer de verdad, siempre de puritana, me cansé Vanessa, soy un hombre y tengo necesidades! ¡si no te ocupabas tú de ellas obviamente tenía que buscar quien si me diera atención, no me culpes por esto por qué aquí la única culpable eres tú!

— Nadie es culpable de las acciones de otros, lo único bueno de esto es que me abriste los ojos y pude verte tal cual eras, un patético hombre que no vale nada! sigan, sigan con lo que estaban haciendo, como bien dijiste Beatriz , ustedes son el uno para el otro— Vanessa, se dio la vuelta mientras escuchaba a Michael, insultarla, pero la joven ya ni siquiera lo escuchaba.

Los ojos llorosos de Vanessa, delataban lo que había pasado dentro de la oficina del jefe de Marketing, todos sabían que esos dos se entendían a espaldas de ella, la novia los había descubierto en pleno faje, sintieron pena por la pelinegra, pero coincidían en que lo mejor fue que se diera cuenta la clase de novio que tenía.

Apenas salió a la calle, un estruendoso ruido se escuchó, en la esquina acababan de arrollar a una anciana, el auto huyó dejando a la mujer mayor tirada y abandonada, los transeúntes no se querían involucrar, pero el.gran corazón de la joven no le iba a permitir simplemente alejarse.

Corrió hasta donde se encontraba la señora, ella estaba inconsciente y sangraba de un brazo, Vanessa, sacó su celular para llamar una ambulancia, ella no se despegó ni un solo momento del lugar, esperó paciente hasta que llegaran a recogerla.

— Señorita, ¿qué es suya la anciana? ¡necesitamos saber! — los apurados paramédicos atendían a la mujer mientras hacían algunas averiguaciones.

— Ella... la señora no es nada mío, no la conozco pero por favor atiéndala que está muy mal herida — pedía Vanessa, encarecidamente.

— El servicio de traslado y al llegar al hospital tiene un costo de ocho mil dólares, ¿tiene usted el dinero para pagar? — la joven apenas tenía un poco de dinero para las medicinas que su hermano necesitaba, ella obviamente no contaba con esa cantidad.

— No señor, no lo tengo, pero puedo firmar un pagaré y pagarlo a plazos, lo que sea pero no dejen morir a la señora — las súplicas de la pobre chica conmovieron a los enfermeros.

— Está bien muchacha, la llevaremos pero del pago se encargará la administración, sube anda, la señora no puede ir sola, irás con nosotros al hospital — Así Vanessa, a causa de su buen corazón se agregaba otro problema más a su complicada existencia, más ese inesperado encuentro le traería otro que cambiaría su vida para siempre.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo