Jael luna le pidió la ubicación de su hija a Jonathan y en menos de nada estaba en el restaurante, el entrajado mafioso llegó como el diablo a buscar a su segunda hoja, se sentó en una de las sillas disimulando su molestia
— ¿Entonces es tan importante tu cita con este joven como para ignorar el llamado de tu padre? — el tono de voz de Jael daba escalofríos, observaba a Lucano queriendo fulminarlo
— Señor luna, me disculpo si por mi culpa Joana no acudió a su llamado, precisamente estábamos hablando de usted, quisiera que tuviéramos una plática con respecto a Joana
— ¿Ah sí? pues usted dirá, ¿qué es lo que me quiere decir respecto a mi hija? me tiene bastante intrigado
— Papá, no necesito ser así de sarcástico, sabías que tenía una cita hoy, ¿qué es eso tan importante que quieres decirme?
— Joana, acompáñame a mi mesa un momento, nuestro padre tiene que hablar con tu cita — Jhonatan llegó por su hermana, eso debían tratarlo entre hombres
— Lo siento Lucano, mi familia es así
— Vé con