A Joana no le quedó más remedio que subir al costoso coche de Lucano, ella estaba un poco asustada, no conocía nada de ese hombre misterioso, temía que le fuera a hacer daño, pero esperaba que no pasará a mayores

El joven empresario notó la desconfianza que la rubia le tenía, ella no conocía nada de él así que decidió romper el hielo

— Tranquilízate, no voy a comerte, soy Lucano Black, me dedico a los negocios, te traje conmigo para que cenemos y conocerte mejor, no voy a hacerte daño

— Un... Black, eso explica mucho, ustedes siempre quieren obtener lo que quieren, pero te advierto que no soy esa clase de chica, si quieres jugar búscate a otra — Joana no iba a ser el juego de ese poderoso hombre, no había nada que necesitara de él

Mientras tanto, en una lujosa residencia del sur de la ciudad, la joven Castrioli rompía fuentes en el baño, Nathalia se estaba metiendo apenas a duchar cuando sintió que líquido tibio le bajaba por las piernas

— ¡Aleksey, ven pronto, el bebé... creo que la