Le recordaré, Cuánto nos amamos.
NARRADOR OMNISCIENTE
El silencio se hizo eterno en la habitación. Samantha estaba furiosa y quería destrozar al idiota de su marido. Jareth sonrió con malicia; Javier había olvidado el carácter del demonio de su madre y se había echado la soga al cuello.
—Me imagino que si le aconsejas eso a tu hijo… —Samantha apretó los puños con fuerza; las uñas se le clavaron en la palma mientras luchaba por no gritarle y tensó la mandíbula tratando de contener todo su enojo—… es porque tú también tienes una, o quién sabe cuántas más.
Javier apenas si lo vio venir y se maldijo internamente al darse cuenta de su error.
—Amor, claro que no —intentó objetar, pero sabía que tendría muchos problemas de ahora en adelante y todo gracias a esa maldita mujer—. Lo digo por nuestro hijo, él debe cumplir con el trato que hicimos con la familia Castillo, debe contraer matrimonio con Celina.
Samantha lo miró y le dio una sonrisa peligrosa, llena de malicia, y Javier ni siquiera lo supo interpretar.
—Papá, no voy