El silencio dentro del auto es tan denso que podría cortarse con un cuchillo. Celina se acomoda el cinturón sin dejar de sonreír, como si disfrutara cada segundo de mi incomodidad. Jareth… el muy idiota mantiene la vista fija en la carretera, pero su mandíbula tensa y sus manos aferradas al. volante me dicen que está lejos de estar tranquilo. Debería no estarlo. Lo veo y no puedo creer que sea hijo de Sam, en serio que no.
La frustración y el odio nunca habían sido tan fuertes en mi. No me habia sentido asi por ningún imbécil. Ni siquiera por él, por el hombre que me amo y ame con todo, por
¿Quién demonios se cree que es?
Me siento ansiosa, tengo que buscar una excusa para bajar de este auto
No sé quién cual de los dos me incomoda más…o quién podría atacar primero. Aunque Jareth…de él no se que esperar.
Con Celina, al menos sé que el veneno viene directo que si me ataca lo hará sonriendo. Pero de frente pero un gesto de Jareth puede salvarme… o destruirme.
Celina le acaricia el el