Por otro lado volkner se había ido directamente hasta su oficina. Owen al verlo lo siguió. Por su semblante le había ido bien con su amenaza a esa pobre mujer, y eso le agradaba. Ese asesino asqueroso tenia que pagar caro todo lo que había hecho.
Él solo quería que sufriera y ya casi tenía en sus manos las pruebas que al final lo destruirían.
Entró con el a su oficina y lo observó. A pesar de verse feliz, algo parecia molestarle.
—¿Todo bien señor?— preguntó tanteando el terreno. Volkner asintió y veía su teléfono cada cierto tiempo, como si esperara alguna buena noticia.
—¿Puedes conseguir las cámaras del hospital donde se encuentra Isabel?— preguntó con la mandíbula tensa y moviéndose de un lado a otro. Owen asintió.
—Será difícil pero conozco a alguien que me las conseguirá en una hora, más o menos— le informó.
—Las quiero aqui en mi oficina en veinte minutos— ordenó. Estaba enojado. Ese maldito de Jareth se creía muy inteligente, si le estaba viendo la cara de idiota iba a hac