Capítulo 23. Creo en las reglas.
Punto de Vista de Nicolás
Faltaban unos veinte minutos para la cena de ensayo de Héctor y Dalila, yo estaba en su suite del hotel viendo a Dalila quejarse de su vestido.
—Parezco un globo con este vestido —decía, parpadeando tanto que cualquiera pensaría que pronto caerían lágrimas de verdad.
—Mi amor, te ves tan bella como siempre. Absolutamente hermosa.
—Solo dices eso para hacerme feliz, pero sabes que no es cierto.
Ahí estaba, yo preguntándome por qué demonios había aceptado llevarlos al evento.
Héctor y yo habíamos enviado nuestros autos desde Nueva York hasta Asheville la semana pasada, pero él, con todo su perfeccionismo de novio, insistía en que su auto debía quedarse intacto hasta el siguiente día por "razones ceremoniales", fuera lo que fuera que eso significara. Así que me tocó ser el chofer, lo que me obligó a quedarme sentado en ese maldito sofá, viendo a Dalila salir del dormitorio y escuchándola lamentarse de su vestido, cuando preferiría estar golpeándome la cabeza con