Capítulo 19. El universo nos está enviando una señal.
Me costó creer que realmente fuera a invadir mi privacidad de esa manera. Una parte de mí quería esperar a ver si lo haría para poder caerle encima con todo, pero sabía que era mejor no arriesgarme. En su estado actual, cualquier cosa podría pasar.
Corrí, lo alcancé y me planté frente al cajón justo cuando llegó.
—¿No me escuchaste decir que te detuvieras, Fernando?
Me miró con rabia. —Hazte a un lado, Solana.
—¿Hablas en serio?
—Como no puedes pensar con otra cosa que no sean tus partes íntimas cuando se trata de mi hermano —dijo, acercándose—, voy a pensar por ti. Lo que sea que esté en ese cajón se va a quemar.
Apreté los puños mientras la ira se alzaba rápida y ardiente, como fuego que me quemaba por dentro. —No vas a hacer tal cosa.
—¿Como qué no? Quítate de mi camino.
Di un paso hacia él hasta quedar cara a cara. Tuve que mirar hacia arriba porque era más alto, pero me negué a mostrar debilidad. —Ya te dije que no vas a tocar ni ver lo que está en ese cajón.
Sacudió la cabeza. —¿