Si bien la placentera emoción que había vivido junto a James, le llenaba el alma, Sofia no dejaba de sentirse inquieta, casi no había podido dormir por tanta incertidumbre que sentía. Y es que Aidan, una vez que ella se había quedado sola, había logrado sembrarle la semilla de la duda, el joven conocía el poder de persuasión que poseía sobre ella y como se había jurado usar todas las armas que tenía a su alcance para ganarse el amor de su mejor amiga, no tuvo prurito alguno en hacerlo.
_ Sofi, necesito que hablemos _ le dijo tomándola del brazo apartándola de su familia.
Ella se mordió el labio y entrecerró los ojos.
_ Aidan ya se lo que me vas a decir y no quiero escucharlo _ respiró hondamente _ ¡Déjame en paz!
Él la miró fijamente, se sintió más molesto aun al escuchar el tono con el que ella le hablaba.
_ Pues no puedo dejar de hacerlo Sofia (Cuando él la llamaba así era porque estaba enojado) _ ¿Qué crees que haces al exponerte así con ese hombre ante tu familia? ¿te ha