CAPÍTULO 176. Las fisuras invisibles.
Capítulo 176
Las fisuras invisibles.
La madrugada se sentía más fría de lo habitual y la ciudad aún dormía con la inquietud de quien ha decidido esperar sin certezas. En la sala de reuniones del penthouse, las persianas estaban apenas entreabiertas y un par de lámparas emitían una luz fría que acentuaba el orden severo de la mesa: papeles apilados, tablets con pantallas encendidas, tazas de café calientes frente a cada uno de ellos.
El grupo se había citado desde la tarde y se mantenían investigando casi por inercia; el trabajo demandaba más paciencia que elogios.
Diego fue el primero en abrir la boca en un buen rato, con un gesto que pretendía ser técnico y que, en su voz, siempre se escuchaba con un filo de acero. Había preparado una lista de accesos, conexiones y horarios. Su voz sonó ajustada al protocolo.
—Lo primero es lo primero —dijo, pasando un dedo por la pantalla—. He cruzado los accesos digitales con los registros de visitas. Hay inconsistencias. Algunas terminales muestra