CAPÍTULO 175. Unión y fuerza.
Capítulo 175
Unión y fuerza.
La lluvia seguía cayendo sobre la ciudad cuando el grupo se reunió en la sala de reuniones del penthouse. Era un espacio frío, calculado: una mesa grande de madera, sillas de cuero y la vista parcial de los rascacielos en la ventana.
Había demasiadas cosas en el aire para disimular la tensión con banalidades.
Isabela tomó asiento junto a Gabriel; sus manos se rozaron cuando él recogió unos documentos. Fue un roce breve, el tipo de contacto que contiene promesas, que estarían el uno al lado del otro en todo aquello que viniera.
Ella le devolvió la mirada y, sin palabras, le ofreció la confianza que las palabras a veces rompen. Gabriel, en público, era la calma; a su lado, Isabela encontraba la pelea de su propia incertidumbre.
Silvio llegó tarde, con la corbata floja y una expresión que no ocultaba agotamiento. Al entrar observó más caras que palabras. Diego lo miró con esa sonrisa fina que era una cuchilla;
Isabela lo saludó con una neutralidad contenid