CAPÍTULO 159. La regla del miedo.
Capítulo 159
La regla del miedo.
En un despacho improvisado de paredes frías y ambiente tenso, Carlos Herrera hojeaba expedientes como quien repasa órdenes ya cumplidas y busca evaluar estrategias para su próxima jugada. Tenía la mirada de quien siempre encuentra una fisura donde otros solo ven muros. Aquella mañana, sin embargo, hubo algo diferente en su respiración: un alivio grato, la satisfacción de quien descubre que no todo el tablero ha sido robado.
—¿Y? —preguntó Montalvo, sin levantar la vista del móvil.
—Llegaron los registros —dijo uno de los hombres del equipo, tirando una carpeta sobre la mesa con un golpe seco que hizo eco en toda la sala.
Herrera abrió la carpeta con la calma de quien no quiere que la prisa revele sus nervios. Había facturas, hojas de control prenatal, sellos de una clínica privada que, por su discreción, servía a quienes necesitaban evitar el escándalo.
Las fechas, los códigos, una foto de una ecografía con una resolución suficiente para provocar una