Capítulo 158

Nuevas amenazas.

Valeria, en la casa segura, se sintió en libertad, pero esa sensación le duró poco. Leyó el asunto dos veces antes de abrir el mensaje. La lluvia tamborileaba con la misma insistencia que ahora trastornaba su pulso. Había intentado ordenar las cosas desde que había llegado pero no había conseguido ordenar la sensación de que alguien la buscaba con insistencia.

El correo apareció en la bandeja de entrada con un remitente anónimo. No tenía firma, ni dirección visible en el encabezado que ella alcanzara a reconocer —un detalle que, en ese momento, la hizo clavarse en la silla—. Abrió el mensaje con las manos temblorosas.

El texto era breve, frío y con una caligrafía electrónica que parecía estar diseñada para cortarle la respiración a cualquiera1.

》Sé muy bien con quién estás. No corras. No insistas en seguir huyendo de mí. Si te resistes igual conseguiré la forma de acorralarte y créeme, será peor. Pronto, muy pronto te veré arrodillada ante mi.

Valeria le