La pequeña loba que casi estaba a punto de cumplir 18 años corrió hacia su hermana y la abrazó. Asya le devolvió el abrazo sumamente preocupada. Que el alfa la hubiera mandado a buscar justo cuando ella estaba a punto de cumplir su mayoría de edad no pronosticaba nada bueno. Su cuerpo se tensó y sintió que debía proteger a su hermana, aun si tenía que enfrentarse al alfa, aunque era más fácil decirlo que hacerlo.
-Ya sabes que tu hermana está aquí mi querida reina- Asya escuchó la voz del alfa que estaba cargada de…
-¿Por qué mi hermana está aquí?- ella preguntó con cuidado.
Byron alzó una ceja.
-Pues quería que ella te visitara- él sonrió ampliamente- Y que te ayudara a cuidar al cachorro que vas a llevar en su barriga, así de simple.
Los ojos de Asya se abrieron y brillaron, aunque no lo podían enfocar.
-Alfa, sabe de lo que está hablando.
Este se acercó a ellas haciendo que estas retrocedieran.
-Claro que sé lo que habló. Estoy cansado de que todos estén diciendo que no tengo el va