Jamila se enderezó, adoptando una postura que parecía trascender el tiempo y el espacio, la luz tenue del estudio y el rostro tenso de Tariq de fondo crearon una atmósfera ceremonial. La velocidad de la narración se mantuvo, pero el contenido se volvió mítico y denso.
— Esta no es la primera vez que se encuentran, esta no es la primera vida — Jamila no usó adornos y fue directa al grano — Hace más de tres mil años, en la época dorada del Reino Nuevo de Egipto, cuando los faraones gobernaban como dioses, existió una profecía. Los primeros de este linaje, protectores del gran comercio que nacía desde las orillas del Nilo hasta las tierras lejanas, custodiaban un secreto — dijo.
— El Halcón Dorado, un guerrero cuyo corazón latía con la fuerza de Horus, estaba destinado a proteger a La Rosa del Desierto, una mujer cuya pureza y alma traían prosperidad. Pero la ambición, como siempre, tejió su telaraña — Jamila bajó la voz recordando la historia.
— Un tercer hermano, oscuro y celoso, traic