El monitor de Hassan pitó con furia, Tariq tomó una decisión en una fracción de segundo, empujó al Dr. Elías hacia la puerta, lanzando un vendaje sangriento a la enfermera que estaba cerca para que se mantuviera alejada.
— Desaparece — espetó Tariq a Elías — Si vuelves, si le dices una palabra a Amir o Nasser de lo que hemos hablado aquí, tu esposa será la que sufra las consecuencias.
El Dr. Elías se tambaleó fuera de la habitación como un fantasma, la puerta cerrándose silenciosamente detrás de él.
Tariq se giró, su madre estaba apoyada contra la pared, su impecable túnica negra contrastaba con su rostro ceniciento y el aire vibraba con una carga eléctrica que podría dejar seco a cualquiera.
— Él... está mintiendo Tariq, solo quiere encubrir su negligencia médica acusándome — dijo Fátima, su voz apenas era un hilo, intentando negar la acusación que acababan de hacer en su contra.
— ¿Mintiendo? ¿Sobre qué exactamente madre? ¿Sobre la aconitina? ¿O sobre que eres la cómplice de un ases