El sabor de la traición se sentía amargo en la boca de Eleanor, peor que el dolor de estómago que la había estado afligiendo. Se encontraba destrozada, no porque Jamila hubiera encontrado la joya envuelta en un papel, era evidente que había sido un artificio tramado por Zeina que la quería sacar del medio.

Elie se encontraba mal por causa de Tariq, su rostro vacío cuando Jamila había dicho donde encontró la joya, la desconfianza en ella y suponer que la había robado para pagar alguna deuda se sintió como un golpe directo en su ya maltrecho estómago.

El amor y deseo prohibidos que había florecido en ella a pesar todos sus esfuerzos por rechazarlo, el beso que compartieron en la biblioteca se había evaporado, como si nunca hubiera sucedido, sus palabras “te protegeré, Eleanor” como si jamás hubieran salido de su boca aunque acababa de pronunciarlas,