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Vincet alzó la mirada de los documentos que estaba revisando y casi quiso patear al hombre que estaba manejando en el asiento de adelante.

-Realmente te estás buscando que te despida. Acaba de desaparecer esa sonrisa de burla que tienes en tu rostro- le gruñó.

Lukas por su parte solo pudo reírse más. Lo había hecho desde esa mañana y solo se había contenido cuando alguna otra persona estaba presente. Pero por el contrario había disfrutado mucho hacerlo.

-Es que realmente tienes que ver tu cara Vincet, lo que te hicieron realmente parece sacado de una novela barata de romance- el secretario giró el timón tomando una curva- y no puedes despedirme, soy tu mejor amigo y ambos nos sabemos hasta lo más oscuro de nuestras almas.

El hombre de atrás chasqueó la lengua.

-Es que en serio, como permites que te manipule así una ex que apenas estuvo pocos meses contigo en una media relación, y que venga ahora a engancharte para que cuides a su hija. Mínimo te follaste a la chica ayer, porque me imagino que gratis no la estás dejando quedar.

Las manos de Vincet se crisparon en torno al Tablet entre ellas.

-No la toque.

El carro se detuvo de golpe y Vincet se giró hacia atrás con el rostro conmocionado.

-Dime que eres el mismo Vincet de siempre.

El Ceo alzó una ceja.

-El mismo y estoy pensando seriamente en despedirte. Gracias a ti la salida temprano se desgració y mira la hora que es. Dentro de poco va a anochecer.

Lukas se quedó pensando.

-no tienes ninguna cita programada con alguna mujer. A menos que quieras…

-No voy a ponerle un dedo encima. Lo último que quiero es relacionarme con algo que tenga que ver con Liliana más de la cuenta. Además, su hija tiene retraso mental, y con su edad necesita un tutor. No quiero aparecer en los diarios del mundo por abusar de ella.

Lukas pestañeó varias veces.

-Bueno, con razón no te las has follado- se giró hacia adelante y siguió manejando hasta la entrada del edificio donde se bajó y caminó detrás del ceo hasta la entrada.

Vincet había insistió que fuera hasta su apartamento, después de todo, él tenía mejor ojo crítico sobre las personas. Solo no se esperaron encontrar a la chica que supuestamente estaría dentro del apartamento sentada con las piernas recogidas al pecho, en las escaleras del edificio.

-Alicia- el ceño del Ceo se frunció- ¿Qué haces aquí?

Vincet caminó hacia ella mientras la chica se levantaba y alzaba la cabeza.

-No me dejaron pasar. No estoy registrada.

Vincet se quedó pensativo y se acostó que se le había olvidado el proceso de la recepción, sin eso ella no podía ingresar. Pero aparte de eso.

-¿Por qué saliste?

-Porque tenía que ir a la universidad. Es por beca, si falto puedo perderla- ella le respondió sin pelos en la lengua.

Lukas detrás de Vincet miraba a la chica que para él parecía normal. Era bastante joven y parecía tranquila, lo más destacable, no miraba a su amigo de forma seductora para atraparlo, o como un cajero automático.

Vincet chasqueó la lengua.

-No me dijiste nada en la mañana.

-Usted no me dio mucho tiempo ni me preguntó tampoco, cuando fui a decirle ya se había ido. Solo me gustaría saber si por aquí pasa algún bus cerca. No puedo llegar tarde de nuevo.

-Podemos adelantarla en el auto en las mañanas- Lukas interrumpió al notar los hombros tensos de Vincet, después de todo, no era un hombre muy social que digamos.

Alicia miró al acompañante de su ahora tutor. Era un hombre de edad similar a este, lo que su cabello era cobrillo con ondulaciones y ojos verdes, algunas pecas salpicaban sus mejillas, pero lejos de parecer inocente, la forma analítica con que la miraba y la expresión de su rostro la hizo retroceder un poco. Era bastante intimidante.

-Lukas, contrólate- fue lo que dijo Vincet antes de dar la vuelta para entrar al edificio. Al ver que Alicia no se movía la llamó por encima del hombro- ¿Qué haces ahí, ven?

Ella vaciló un poco, pero al final fue detrás de él quedando detrás de los dos, y vaya que eran grandes en comparación con ella, la hicieron sentir aún más joven de lo que era. Quizás si su alimentación de joven hubiera sido mejor hubiera crecido más, pero… sacudió la cabeza para apartar esos pensamientos no era momento de eso.

Entraron para ver que en la recepción el custodio atendía a dos personas y este parecía bastante tenso. La atmósfera era cargada y las dos personas parecían molestas. Era una imagen común si se tomaba en cuenta que las visitas solo eran dejadas subir si tenían la confirmación de algún residente para evitar problemas, asaltos, o acosos, después de todo en aquel edificio también vivía gente famosa.

-Buenas tardes, qué ocurre- Vincet se acercó con las manos dentro de los bolsillos de su traje.

-Buenas tardes señor Regal, Ellos…- el custodio hablaba rápido nervioso.

Y cuando uno de los visitantes abrió la boca y habló todos se quedaron en silencio. No lo habían entendido, hablaba un fluido alemán y además se notaba molesto, seguro por la espera.

-Lo siento, pero tengo una situación aquí- el custodio temblaba en el lugar.

Vincet miró de reojo a Lukas a su lado y este negó con la cabeza, él tampoco había comprendido.

-Él desea ver a Richar Morger en la cuarta planta apartamento 8, que los están esperando. Son su hermano y cuñada- Alicia habló detrás de ellos con una voz un poco baja y cuando la miraron apretó los labios.

Vincet alzó una ceja.

-¿Lo entendiste?- ella asintió con la cabeza ligeramente.

El rostro del custodio entonces se iluminó y corrió hacia ella.

-¿Puedes ayudarme con ellos? Por favor, no quiero perder mi trabajo si ponen una queja.

Alicia no sabía que responder y primero miró a Vincet. Ahora estaba a cargo de él y toda su vida había estado controlada así que moverse libremente no era algo a lo que estaba acostumbrada, sobre todo en un lugar que no tenía nada que ver con ella.

-Hazlo- Vincet alzó los hombros con desinterés, aunque estaba un poco sorprendido al saber este detalle de ella. A su lado Lukas estaba un poco pensativo.

Alicia asintió y fue a hablar con la pareja. Se presentó en un perfecto alemán incluso que hizo que el semblante de la pareja cambiara por completo al ser por fin atendidos formalmente. Pocos minutos después ellos subían al elevador y el custodio se secaba el sudor de la frente.

Fue entonces que reaccionó.

-Tú eres la chica del mediodía que vino para subir.

-¿Mediodía?- Vincet se detuvo al lado de ella- ¿desde esa hora estás esperando?

Ella asintió con la cabeza.

-¿Y por qué no me llamaste?- su tono era duro.

Alicia se giró por completo hacia él.

-Porque tampoco tengo su número… cómo podría llamarlo.

Vincet solo pudo chasquear la lengua con indignación.

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