Días después
El sol del mediodía se filtraba a través de los amplios ventanales de la empresa. El murmullo de las conversaciones entre empleados y el repiqueteo de tacones sobre el suelo se mezclaban con el zumbido de la cafetera en la sala de descanso. Nelly caminaba junto a Adrián, manteniendo el paso con él, como lo había hecho en los últimos días. Su presencia en la empresa se había convertido en algo natural, un apoyo silencioso pero constante en la vida de Adrián.
Desde que había llegado a la vida de Adrián, todo parecía moverse a una velocidad vertiginosa. Primero el matrimonio de conveniencia, luego las chispas de atracción y el conflicto emocional. Ahora, sus corazones parecían estar entrelazados, a medio camino entre el amor. Pero todo eso había quedado en segundo plano en ese preciso instante.
La tranquilidad de la rutina se rompió en cuanto ingresaron a la sala de juntas. Cisneros, el padre de Adrián, ya los esperaba, con su habitual porte imponente y una leve sonrisa que