Las empleadas de la mansión se movían en silencio alrededor de la mesa, sin terminar de comprender muy bien qué era lo que había sucedido la noche anterior, pues el rostro de Theo y de Fayna se asemejaba mucho a una persona que había acudido a un funeral, mientras que las ojeras aún visible a pesar del maquillaje de Olivia, le hacían suponer a estas mujeres que, quizás la señora de la casa no había pasado la mejor de las noches gracias a su embarazo, algo que las hizo mirar muy mal a Amir pues de todos, era el único que poseía un rostro radiante como si hubiese pasado la mejor de las noches, algo que no hablaba muy bien del futuro padre.
—Señora Olivia, este jugo es muy bueno para las náuseas. —aseguró una de ellas, acercándole un vaso a la regordeta mujer.
—Gracias. —dijo mientras meditaba si agregar o no, el dato de que por suerte no había sufrido malestar alguno relacionado con su embarazo.
—Por favor, si en algún momento no se siente bien, o necesita cualquier cosa, no importa la