Mundo ficciónIniciar sesiónEl sol de la mañana se filtraba con pereza por los ventanales altos de la mansión Montenegro. Una brisa fresca colaba el perfume de los rosales del jardín y acariciaba las cortinas de lino blanco, mientras la casa parecía despertar lentamente. El sonido distante de la fuente en el patio central se mezclaba con el murmullo de las empleadas que iban y venían preparando el día.
El silencio matinal se vio interrumpido por el eco de tacones firmes bajando la escalera de mármol. Era Elena Montenegro, la matriarca, envuelta en una bata de satén marfil, con el porte de una reina y el juicio agudo en los ojos. Su cabello recogido dejaba ver la dureza de sus facciones, y aunque avanzaba con calma, cada paso imponía respeto.En el salón principal encontró a Greeicy sentada en un sillón de terciopelo claro, hojeando un catálogo de joyas. Valentina, risueña y despreocupada, pintaba garabatos en una libreta de colores a su lado. Greeicy llevaba el cabello suelto, con ondas natur






