—Tienes razón, Tucker . Flynn no se puede quedar quieto tanto tiempo como un adulto. Ven, Nina, vamos a preparar el queque. ¿Te incomoda ayudarme apagando las luces, Tucker ? —preguntó Ruby.
—Claro, es hora de soplar las velas y la cumpleañera no debería hacer ningún trabajo —dijo Tucker , mientras notaba que Ruby se levantaba para ayudar.
—Muy bien, ok. Está por aquí —apuntó ella al interruptor de la luz.
—Flynn, ten paciencia, ¿ok? Vamos a comer pastel en un momento —le dijo Ruby al único niño en la fiesta.
—Sí —respondió Flynn, con los ojos medio cerrados por el cansancio.
Tucker apagó las luces y se sentó al lado de la cumpleañera. En cinco minutos, Nina y Amber entraron con el pastel encendido, y todos cantaron juntos.
Arriba, alejado de la fiesta, un joven abrió completamente su ventana. ¿Un cumpleaños? Observó a los fiesteros, reconociendo a todos excepto a una mujer que no le era familiar. Chris recordó que los cumpleaños de Ruby siempre lo preocupaban; ella lo presionaba