*—Callum:
Dejaron el tema atrás y se adentraron por el salón, buscando su mesa. En el camino, varios invitados reconocieron a Dominick y se acercaron a saludarlo. Su pareja, como siempre, fue cortés, atento… y completamente orgulloso de presentarlo.
—Él es Callum, mi pareja —decía sin titubeos, con una sonrisa radiante y firmeza en la voz.
Callum, aunque agradecido, no pudo evitar notar las reacciones. Algunos se mostraron sorprendidos, otros sinceramente alegres, y unos cuantos soltaron comentarios que rozaban lo indecente.
—Claro que sí, Dominick. No podíamos esperar menos de un alfa dominante como tú —decía una señora mayor entre risitas.
Callum tuvo que contener una mueca. Era nauseabundo. Como siempre, la sociedad dividida entre la buena educación… y la arrogancia disfrazada de cortesía.
Finalmente, encontraron su mesa, y Callum se llevó una grata sorpresa al ver quiénes los acompañaban.
Los primos de Dominick del mismo clan Delacroix.
Eran como salidos de una copia perfecta de u