*—Callum:

Aún no se había decidido a contarle la verdad a Dominick, y ya habían pasado dos semanas desde que supo de su estado.

No entendía por qué estaba siendo tan cobarde, especialmente cuando sabía que su cuerpo estaba en riesgo. No había podido ir al médico para un chequeo, y no por falta de voluntad, sino porque resultaba casi imposible engañar a Dominick. Su pareja estaba siempre encima de él, siguiéndolo a todos lados, como si temiera que fuera a escaparse. No tenía ni un solo momento a solas.

Le había pedido ayuda a Noah, pero por primera vez en muchos años, su amigo se negó rotundamente.

—No te voy a ayudar con eso, Callum —expresó su amigo—. Habla con tu pareja sobre tu estado y vayan juntos al doctor —le había dicho Noah la última vez que hablaron. Y tenía razón.

Estaba siendo un imbécil. Ocultaba cosas, mentía con sonrisas forzadas, y fingía que todo estaba bien… como lo había hecho Jules con él. Su exesposo siempre lo miraba con adoración, le prometía el mundo, lo llamab