*—Callum:
Mientras iban de regreso al apartamento, Callum estaba sumido en un silencio espeso, con la frente casi pegada al cristal de la ventanilla, viendo desfilar la ciudad sin verla realmente. El auto olía a Dominick, a su mezcla de colonia y feromonas sutiles, un olor que normalmente le calmaba, pero ahora solo le recordaba que estaba ocultándole algo.
«¿Estoy o no estoy…?», se preguntó sintiendo el corazón latiendo rápido y completamente nervioso por lo que podría ser.
La duda le carcomía. Tenía que hablar con Dominick. Tenía que contarle sus sospechas, enfrentar juntos la verdad con una prueba casera, pero en lugar de eso, estaba ahí, con la garganta cerrada, rompiéndose la cabeza solo.
Porque tenía miedo. Mucho miedo.
Dominick ya había sido claro: no quería que quedara en estado. Habían discutido antes que, si sucedía, tendrían que considerar un aborto médico para evitar riesgos.
Callum tragó saliva, sintiendo un nudo en el pecho.
¿Cómo podría hacerle eso a un hijo?