*— Dominick:

Con la ayuda vacilante de Carlie, Dominick subió al segundo piso con Callum en brazos.

Llegaron a la habitación que había sido suya en su adolescencia. Dominick lo depositó sobre la cama con cuidado, acomodando su cuerpo para que estuviera cómodo, quitándole los zapatos y aflojando la ropa que lo apretaba. Su piel estaba tan pálida que cada latido del corazón bajo su mano le hacía doler el pecho.

Dominick se detuvo un instante, observando la habitación. Estaba suspendida en el tiempo: posters de bandas y videojuegos cubrían las paredes, trofeos relucían en estantes y libros apilados dejaban claro que aquel espacio había pertenecido a un adolescente con sueños e intereses propios. No podía entenderlo: si odiaban a Callum, ¿por qué habían dejado todo así, intacto?

Carlie salió a preparar agua con hielo, temblando mientras esperaban al médico. Dominick permaneció al lado de Callum, vigilando cada respiración. Su amado estaba ahora mucho más tranquilo, la respiración apenas p