*—Callum:
Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, calientes, incontrolables. Callum sollozó, roto, al darse cuenta de que su cuerpo jamás volvería a ser el mismo. Esa parte de sí, la que durante años había protegido con uñas y dientes, se desmoronaba ante sus ojos. Su transición a omega estaba a punto de completarse… y ya no había marcha atrás.
El pánico lo envolvió como una tormenta. Su mirada temblorosa se clavó en Dominick, que no apartaba los ojos de él.
Que él estuviera ahí, que lo estuviera presenciando todo… lo hacía real. Lo confirmaba. Ya no podía seguir ocultándolo. No podía fingir que nada había cambiado. No con él viendo cada detalle.
—No… yo… —balbuceó, con la voz hecha trizas, pero un nuevo espasmo lo atravesó con violencia, cortándole el aliento.
Se mordió los labios hasta sentir el sabor metálico de la sangre, y se aferró al pecho de Dominick con desesperación, como si con solo sostenerse a él pudiera detener el colapso de todo lo que conocía.
Dominick n