Después de hacer el juramento los lobos de SunLight me rodearon mientras que los demás regresaban a sus quehaceres, excepto Yo, que le vi dirigirse a las mazmorras.
— Alfa, ¿cómo vamos a reconstruir la manada? — me preguntó uno de los lobos — Tengo entendido que el territorio quedó completamente destrozado...
— Aún no lo sé. Debo ir allí para ver el estado y poder tomar decisiones: no es lo mismo reconstruir una ciudad a que incluso el suelo sea estéril. Primero debemos saber cómo quedó exactamente después del ataque.
— Di-disculpe Be-endito A-alfa E-esteban — dijo una voz conocida con cierta timidez. Sonreí.
— Dime Sophie. ¿Qué pasa?
— Y-yo le traje a-algo de ropa para que no esté de-esnudo po-or a-ahí.
Me moví hacia la loba: había traído unos calzoncillos, un pantalón de deporte, una camiseta y unos calcetines, todo perfectamente doblado. Encima de la ropa, había unas tenis. Los miembros de SunLight se apartaron y noté que nos observaban. Sophie al ver que me dirigía a ella cerró los