— Di-disculpa Be... E-Esteban. — dijo Sophie pasando a la habitación — ¿Se encuentra bien?
Me sequé lo mas rápido que pude los ojos.
— ¿Te parece que estoy bien, Sophie? — sentía los ojos hinchados y estaba convencido que estarían rojos.
— No, claro que no... yo... ¿qué ha pasado? — me preguntó acercándose vacilante a mi.
— ¿Qué sabes acerca de mi pasado?
— No mucho... quefuiste un líder de una aldea de pícaros y que tuviste una mujer y una hija pero que el difunto Alfa Alfred las mató.
— Sí. Lo hizo porque mi hija tenía un aura Alfa.
— Pero... yo... no entiendo lo que ha pasado.
— Me han recordado a mi hija.
Titubeante, Sophie puso su mano en mi hombro.
— Se nota que las querías mucho.
— Sí, ellas eran todo mi mundo, es difícil de explicar.
— No, yo... te entiendo mejor de lo que crees.
La miré sorprendido.
— ¿Qué te sucedió?
— Tuve una aventura con un lobo hace muchos años y me quedé embarazada. Sin embargo, él me escondió y cuando di a luz, me quitó a mi hijo y después me rechazó