Capítulo 155 —Que el resto meta sus narices
Narrador:
Aylin estaba recostada contra su pecho, con las sábanas cubriéndolos apenas hasta la cintura. Él la acariciaba distraído, como si sus dedos dibujaran círculos sin rumbo sobre su piel, pero Aylin lo conocía demasiado: estaba pensando.
—¿Te diste cuenta de lo que es Sofía? —preguntó de pronto, con un tono que no era acusatorio ni preocupado, sino lleno de esa calma que usa cuando quiere ir a lo profundo.
El Diablo no respondió enseguida. Su mano se detuvo un segundo y luego siguió acariciándola, pero más despacio.
—Sé lo que estás insinuando.
—No insinúo, amor. Lo sé —Aylin giró un poco para mirarlo —Esa niña tiene algo… diferente. No es como los demás chicos de su edad.
Él esbozó una media sonrisa.
—No es una niña común, Aylin. Creció viéndonos a nosotros, escuchando más de lo que debería, entendiendo cosas que otros no comprenderían ni con treinta años.
—No hablo solo de eso —insistió ella —Hablo de cómo observa. Cómo mide a la gen