Capítulo 116 —Julian
Narrador:
Sasha recibió el mensaje por la tarde, mientras hojeaba una revista sin prestarle verdadera atención. Sonrió apenas al leerlo. Marcelo había sido directo: “¿Querés ver otra película este sábado? Esta vez sin interrupciones raras. Prometo no dormirme”. Apretó los labios para contener una risa. Eros no dijo nada cuando Sasha le contó. La miró con esa expresión suya, mezcla de tolerancia forzada y celos mal disimulados, pero no puso objeciones. Tal vez porque sabía que, por más que gruñera, Sasha haría lo que se le antojara. O porque, en el fondo, también entendía que ese vínculo con Marcelo no era casual, pero sí necesario.
La casa de los Suárez tenía el aire de siempre: grande, silenciosa, con aroma a limpieza y a cosas caras. Marcelo la esperaba en la sala de cine privada, ya con la película lista. Esta vez no era una comedia. Él había elegido algo más denso, más serio. Pero a los diez minutos de metraje, Sasha notó que no prestaba atención.
—¿Qué te pa