No me decepciones más, Petya.
El rugido del poderoso rey, aterró a la loba Celia, se había pensado que sus planes estaban yendo como lo había pensado, más no contaba con que el mismo rey de reyes vendría a pedirle cuentas a su hermano.
— ¡No me voy a comer al cachorro, Leonardo, pero tú lo escuchaste, está diciendo que no soy lo suficientemente bueno para que mi luna me ame y no busque a otro lobo porque no la satisfago!
— Es un cachorro, no sabe lo que dice, pero sería bueno que te lo plantearas, porque parece que no estás siendo ni mínimamente decente como Alfa.
— ¡Soy un buen Alfa, no he hecho más que trabajar en reconstruir esta manada desde que llegué, siempre he dicho amable y amoroso con mi luna, sobre todo ahora que está embarazada, pero fue ella la que me falló! Pero tú me culpas por eso, no la culpas a ella por no venir a dormir, ¿Dime qué harías tu si estuvieras en mi lugar? Iluminame hermano.
— Cometí errores, tu lo sabes, una loba con mente maquiavélica atentó contra mi luna, la hirieron ha