Leo ha encontrado a su luna.
Leonardo renegó bastante, no estaba de acuerdo con que su hija se le fuera tan pronto, había pensado que ella estudiaría una carrera y después viajarían por el mundo un par de años. Pero ese joven Alfa ya la estaba reclamando.
— Leonardo, impedir ahora que los chicos estén juntos solo sería retrasar lo inevitable. Su destino es estar juntos.
— No es tan sencillo ver que mi hija se me va, ella es tan jóven aún. No entiendo cuál es la prisa, ellos pueden esperar unos años más.
— Salvatore, mi Joshino es un buen lobo, no tienes nada de que preocuparte, él va a cuidar de su luna como su mayor tesoro. — El Alfa Romano se acercaba a recalcar.
— Tú... ¡En lugar de ayudarme para que Joshino termine la carrera y se vaya a viajar para adquirir experiencia, estás aquí apoyando esta locura!
— Aleska es la felicidad de mi hijo, si él es feliz, yo también lo soy.
(...)
DOS MESES DESPUES
La graduación de Joshino, y de Pierre, junto a sus compañeros de generación se llevaba a cabo.