El deseo entre Alfa y Luna.
El Alfa Malakay dispuso la mejor y más cómoda de sus carreras para la luna y los cachorros del Alfa Salvatore. Aunque la reina ya se sentía un poco mejor, debían procurar que viajara cómoda.
En la parte de atrás tenía una gruesa colchoneta cubierta de colchas suaves que servirían para que la familia del Alfa no pasara frío, además ordenó que les pusieran promociones, agua, pan, frutas, carne en bistec en una hielera especial que conservaba el calor, y vino para los Alfas, específicamente whisky, que sabía era lo que ellos bebian.
— !¿Te volviste loco, Leonardo?! Almendra está en cama, ¿Cómo es que accediste a llevarla hasta el territorio Dark Moon a que haga... magia? ¡Es que no lo entiendo, el Alfa Romano después de secuestrar a los cachorros y aferrarse a tu luna, no merece que lo ayudes! — El Alfa Angelino estaba furioso. No soportaba ni siquiera un poco a ese engreído Alfa.
— ¿Creés que lo hago por gusto? Por supuesto que me negué a que mi luna se levantará de la cama y