La primer travesura de los cachorros.
Cuando el Alfa volvió a su habitación a hablar con sus hermanos, los encontró de una manera... Digamos algo pintoresco.
— !Angelino, Damiano, Petya, levantense porque saldremos de viaje. Se quedaron dormidos, ¿Qué no se supone que cuidarían de los cachorros? Solo hay dos aquí, ¿En donde está el que falta? — Preguntaba el Alfa, algo molesto. No estaban para estar perdiendo a ningún cachorro en estos momentos.
— Pero que escándalo Leonardo, no dormimos en toda la noche, estamos cansados y tú quieres que salgamos de viaje de nuevo, ¿Por qué? — El Alfa Petya reclamaba, todavía quería seguir dormido.
Más al verlo el Alfa como estaba con dos círculos negros en sus ojos y unas líneas simulando ser unos lentes, preguntó.
— ¿Pero que diablos le pasó a tu cara?
— ¿Qué...? ¿Qué tengo? No me duele nada, ¿Por qué me estás viendo así? — Petya de inmediato fue a verse en el espejo, se dió cuenta de que había sido víctima de los traviesos cachorros. — ¡Cachorroooos! ¡¿Por qué me pintaron