El rey Salvatore había dejado en claro que él iría al frente de la batalla, su grupo y él serían los primeros en exponerse ante el enemigo.

Algunos lobos llevaban arcos y flechas, otros llevaban espadas, y como flechas llevaban en la espalda estacas de madera, arrancarles la cabeza a los vampiros y enterrarles estacas, eran algunas formas de matarlos, además de que cuando una Alma de corazón puro les prendía fuego, ese era su final.

Estuvieron cabalgando por horas por el bosque, mientras que en la manada de Preston Jones todo se ponía más oscuro.

— Jones, ¿Cómo pudiste perder ante el Alfa Salvatore? Esperaba más de ti. — El poderoso y antiguo vampiro bebía de una copa de fino vino, no necesitaba beber sangre desde una copa pues estaba lleno, habían estado utilizando a los lobos adultos para alimentarse de ellos.

— ¡Ese maldito lobo arrogante, se cree que puede lograrlo todo, ser el rey de todos nosotros, pero está equivocado si piensa que me quedaré cruzado de brazos!

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