Concejo para Rayan Mbampe.
El guepardo apretó los puños, se había imaginado seduciendo a la hermosa loba de cabellos largos y blancos, de ojos azules como el cielo. Pero había resultado ser la luna de ese pulgoso lobo.
— Si lo que dices es verdad, tu diosa te ha favorecido bastante, lobo, pero mientras no sellen el vínculo ella todavía puede divertirse. — El guepardo sonrió.
Lorenzo se le iba a ir encima de nuevo, pero sus tíos lo detuvieron.
— No vale la pena que caigas en las provocaciones de ese felino, Lorenzo, ya ha provocado mucho caos, lo que sigue aquí es darle el castigo que se merece por haber atacado a dos Alfas Salvatore. — A Angelino no se le iba a pasar ese detalle.
— Por supuesto Alfa, dentro de dos horas le haremos consejo al jóven guepardo Rayan Mbampe, les asignaremos un lámpara que descansen mientras tanto, los docentes y yo, lo organizaremos todo. — Dijo la directora.
— ¡Me rehuso a que le hagan consejo a mi hijo por una pelea, esos lobos son unos llorones, tampoco es para tan