Destiny observó a la mujer que, curiosamente, se parecía a ella. Mismo tono de cabello, una similitud en los rasgos, pero la mirada de la otra era un abismo de odio y resentimiento. Aquello la desconcertó. Nunca se habían visto en su vida, entonces, ¿por qué la odiaba de una manera tan obvia?
—Ember, ¿qué es esa manera tan terrible de hablar? —Mara habló, con el rostro cargado de un enojo que nunca antes había dirigido a su supuesta hija. Kael frunció el ceño, observando a la joven con una furia silenciosa.
—Solo digo lo que dicen las personas presentes, madre. No te enojes conmigo, por favor —Ember respondió con un tono sumiso y arrepentido, una actuación que no engañó a nadie. Sus puños, sin embargo, estaban apretados con fuerza a sus costados.
Orión no estaba dispuesto a dejarlo pasar. Con una sonrisa fría y burlona, le habló a Ember.
—Debería darte vergüenza. Aunque sabiendo la clase de mujer que puedes llegar a ser, supongo que decir los chismes descarados de los demás es lo meno