La visita a Rachel Blaine había sido maravillosa para Alexei.
Contrario a lo que pensaba, la madre de Cosette era amable y agradable, era sin duda la persona más maravillosa que había conocido, además de su abuela Briana.
Ella le daba caricias, le hablaba de manera dulce y siempre le mostraba una sonrisa, sin contar que cuando estaba con ella se sentía seguro. Alexei se sentía maravillado ante aquella mujer amable.
Muchas veces incluso llegó a preguntarse: ¿Por qué Rachel no era su mamá? Ella lo trataba mejor de que su propia madre, y el pequeño niño, luego de sentirse de aquella manera, se sentía un poco culpable por pensar en ello.
—Abuela —el pequeño niño habló casi en un susurro, mientras Briana, quien estaba con él de camino a casa, lo observó un tanto dudosa—. ¿Soy un mal niño por querer ser hijo de la señorita ángel?
La pregunta de Alexei había logrado romper el corazón de Briana, a quien le dio una lástima terrible, y no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas ante la