El olor a moho despertó a Destiny de su incómodo sueño. Sus ojos, en medio de la oscuridad, no lograban ver nada, hasta que se adaptó a la falta de luz. El lugar, oscuro y sucio, le causó un terror irracional. Su corazón comenzó a latir con locura. Observó a su alrededor y notó que estaba atada. De manera desesperada, intentó liberarse, pero no lo lograba. Su ansiedad crecía. Esto no era lo que había planeado; no era lógico que entrara en pánico de esa manera.
―Cálmate, debes calmarte, debes hacerlo, por favor... ―se dijo a sí misma, intentando respirar profundo. Pero no lo lograba. Su corazón latía a mil y su cuerpo entero temblaba.
¿Qué era eso? ¿Por qué se sentía de esa manera? No lograba entenderlo. Comenzó a hiperventilar, a pesar de su deseo de encontrar la calma. Imágenes venían a su cabeza, mientras se negaba una y otra vez a caer en el desespero.
―No... no quiero estar aquí... no... no quiero... mamá... papá... hermano... no...
Los ojos de Destiny se llenaron de lágrimas. La