85. Quédate
Mary permanece en el asiento, todavía callada, cuando Scarlett entra al salón. Gerald ya no está y Tatiana le lee la mente, avisando que tuvo que contestar una llamada.
—¿Los niños se durmieron?
Scarlett sonríe un poco. Un claro sí que Tatiana corresponde con la misma sonrisa. Le avisa que subirá a chequearlos mientras tanto, y con un ademan hacia Mary, sabe lo que trata de decir. Su gran amiga sigue afectada por lo que sucedió. En la soledad, Scarlett se acerca a Mary y a su lado se sienta. No pasa ni un segundo más para abrazarla con fuerza, cerrar los ojos. Los primeros sollozos de Mary se escuchan.
—Cillian, él —Mary comienza su balbuceo—, dijo tantas cosas horribles de ti. Sabe que ya tus hijos nacieron, lo sabe todo. No sé cómo llegó a mi ambulatorio, pero eso también lo sabe. ¿Por qué trato de asesinarme?
—“Perdóname.” —Scarlett mueve sus dedos también. En un temblor que Scarlett a duras penas puede controlar.
—No es tu culpa, Scarlett. Nada de esto. Nada. Lo único ma