39. Señora Van Rome, debe ser castigada
Dolorosa presión en el cuerpo de Scarlett leyendo las palabras de Esad. Una tensión en el punto de su vientre demasiado irreal. Scarlett se apoya en la cama, cierra los ojos, y para su horror, no puede dejar de pensar en Esad y en lo que es capaz de hacer.
Inés se toma de las manos a la espera de algún movimiento de su señora. Recapacitando en lo peligroso que esto puede resultar para Esad Scarlett corre a buscar un lapicero.
En letras mayúsculas tiembla al escribir.
“¡NO PUEDE HACER ESO!”
Inés abre los ojos angustiada al notar la desesperación de la señora Van Rome.
—¿Quiere que le diga que no venga?
Scarlett señala efusivamente con el dedo lo que escrito está. Como cree que no es suficiente añora otra cosa, está vez pálida. Si sus labios tienen rojo son del mismo color que su piel nívea.
“¡LE PROHÍBO QUE VENGA! ¡GERALD LO ASESINARÁ SI LO VE!”
Inés jadea con sorpresa. Se lleva la hoja escrita por la señora Van Rome hacia su pecho y retrocede, temiendo que esas palabras sean gritada