Mientras Maximilien conducía en silencio, Gracia seguía sorprendida. Se mordió el labio y respiró hondo antes de hablar, debía ser cautelosa con sus palabras.
—Maximilien, lo que viste en el video no es lo que parece. Me reuní con mi exesposo porque necesitaba cerrar definitivamente ese capítulo de mi vida —sus mejillas se sonrojaron—. No te fui infiel.
Maximilien mantenía la vista al frente, serio. Al escucharla, simplemente asintió.
—Lo entiendo, Gracia —dijo de pronto.
Ella se había preparado para justificarlo todo con mil argumentos, pero sus palabras la dejaron en silencio. Fue como si le hubieran quitado un peso de encima. Se quedó observándolo en silencio con cautela, tratando de descifrar su expresión, quería saber si estaba enojado.
Mientras el semáforo seguía en rojo, Maximilien tomó la Tablet que su asistente le había entregado. Revisó con rapidez los detalles de un contrato y firmó con la misma calma de siempre, como si nada estuviera pasando.
El día anterior había estado