Amelie Manson
¿En que estaría pensando Damián? Él se negaba a hacerme saber sobre él, y eso, sí, me dolía. Suspire profundamente mientras miraba por la ventana hacia su oficina. Bartolomeo estaba aquí, en mi despacho, hablando de números y de responsabilidades como si yo fuera capaz de pensar con claridad.
—Los reportes de la semana pasada no cuadran del todo con lo que enviaron desde Finanzas —comentó él, mientras señalaba una tabla impresa en uno de los informes.
Lo observé desde mi silla, sintiéndome una intrusa en mi propio cuerpo. Apreté las sienes, obligándome a reaccionar, pero no había caso.
—Bartolomeo, tal vez… tal vez no soy la persona indicada para este cargo —dije finalmente, con voz ronca. —Yo debería dejar la presidencia definitivamente.
Bartolomeo dejó el documento sobre la mesa. Su expresión era serena, casi compasiva.
—Amelie, no empieces con eso. Eres la CEO de esta compañía, yo tome la decisión porque confío en tus capacidades, llevas muy poco tiempo en el cargo,