Electra se despertó en su habitación, todavía envuelta en un manto de confusión y tristeza. La brutalidad de la batalla reciente la había dejado marcada, con la memoria de sus amigos caídos atormentando su mente. La pena la envolvía como una sombra, recordándole constantemente la lucha desigual que había enfrentado.Al final, Electra debe enfrentar el verdadero significado del sacrificio, el amor y el poder mientras navega por un mundo donde nada es lo que parece y la línea entre héroe y villano se desdibuja en una enmarañada red de destino y elección
Leer másSu cuerpo se envolvía de una energía azul por completo, un azul celeste más claro que el cielo,era casi blanca. Y empezó a ver imágenes, como si adelantara el video de una película, buscó y vio muchos momentos hermosos con su amiga ,sus amigos del orfanato, la escuela y la universidad. Momentos tristes, pero que eran parte de ella, su vida. Anhelaba volver a tener todo eso y buscaría la forma de arreglarlo todo, un nuevo comienzo para todos, reescribiria de ser necesario toda su vida.
Se despertó sobresaltada y sentándose en su cama encendió la luz. ● Donde estoy, es mi habitación?- se preguntaba así misma. ●Acaso todo habrá sido un sueño? No, eso es… es imposible, lo viví todo, sentí el dolor, el miedo, el terror correr por mis manos, las atrocidades que cometió esa mujer,lo sentí todo en cuerpo y alma. Se decía a sí misma frustrada, angustiada y muy confundida, se suponía que debería haber vuelto al pasado pero pareciera que despertaba de una vil pesadillas, entonces eso solo significaba una sola cosa, sus amigas, ellos.. HANNA- Salió como una exhalación directo a la habitación de Hanna. Ni siquiera tocó la puerta y entró a la habitación, pero mejor habría sido que tocara. Las imágenes que vio, la hicieron salir del mismo modo en que entró. –himmmm, amor, me encanta. -–Hanna, despierta nece…. Lo lamento mucho- –Electra!!!- le regaño Hanna sentada a horcajadas sobre Derek semidesnuda –Lo…lo… lo siento!- le grito del otro lado de la puerta con el rostro totalmente rojo de la vergüenza. Su corazón estaba latiendo muy fuerte, esto era irreal, juraba haber vivido todo aquello, estaba segura de eso. ●Fyre, a esto te referías?- pregunto a su fiel amigo pero no obtuvo ninguna respuesta. ●Fyre? –Con quien diablos hablas, y quien carajos es fyre?- Electra se sobresaltó –Amiga!- se abalanzó hacia ella y la abrazó ignorando su pregunta, la examinó de pies a cabeza por todos lados y nuevamente la vio a los ojos. -–Estoy soñando acaso, estas aquí conmigo, verdad? –De que hablas?- Hanna elevó una de sus cejas y frunció el ceño. -– Te encuentras bien Electra? –Me puedes pellizcar? Es que no me lo creo y no quiero despertar –Sí te pellizco, despertarás tonta, pero si insistes- –Auch- se quejo por el dolor ocasionado por el pellizco –Qué? Tu insistencia es en verdad digna de admiración- –ejem, ejem! - El sonido de carraspeo las interrumpió, Electra sin pedir perdón se lanzó a los brazos de Derek y lo abrazo y examinó del mismo modo que a Hanna. –Oye que me pongo celosa!- bromeó Hanna con su amiga, pero ella sentía que algo estaba ocurriendo. Electra no era de las que se metía en una habitación sin llamar a menos que fuera algo muy urgente, ella siembra llamaba y esperaba respuestas y más considerándose de Hanna que era una calenturienta de nacimiento. –No sabía que me extrañabas tanto, aun asi sigo molesto. –Molesto?- este asintió y Electra levantó una ceja en señal de que no entendia nada-– por qué? –Cómo que por qué- interrumpe Hanna antes de que Derek respondiera-– inrrumpiste en mi habitación sin permiso, eso está mal niña!- regaño Hanna como siempre a Electra y esos recuerdan hicieron que llorara como niña regañada que le quitaron su dulce, aquellos momentos al fin los esyaba viviendo con su amiga una vez más. Hanna y Derek se miraron muy extrañados por la forma de actuar de Electra pero no sabían lo que realmente estaba sucediendo. –Karleen, sabes que es broma lo de Hanna cierto? - esta solo logró asentir. –Lamento haberte hecho sentir mal mi vida,lo siento- se disculpo hanna consternada con ella pensando que era por haberla regañado. –No es eso, es que, es que- la miro y continuó lloriqueando. Derek las dirigio a ambas hasta la sala mientras la iban apaachando. Hanna se quedó con ella tratando de calmarla un buen rato y sentadas en el sofá y al ver que ya estaba más calmada le pregunto. –Amiga, ahora si vas a decirme lo que esta sucediendo. - Electra se limpio los ojos con la servilleta que le dio Derek en ese momento . Los miro fijamente y trato de ver más allá pero no podia ver nada, al parecer todo había sido solo un mal sueño –Hanna, Derek.- se detuvo por un momento pensativa y nuevamente añadió-– Ustedes no soñaron nada extraño? - quiso saber antes de decirle cualquier cosa, en ese momento ambos seguían viéndola con cara de no entender absolutamente nada –Extraño?- pregunto Derek interesado –Extraño cómo? - preguntó Hanna del mismo modo, pero no sería ella si no agregara algo inusual-– por si no lo notaste, estábamos en algo más, mmmm, más… como te explico, hummmm. Excitante? –Hanna!- vociferaron a la vez Electra y Derek –Entonces no recuerdan nada- se dijo así misma, pero lo hizo en voz alta. –Que deberíamos recordar exactamente?- preguntó Hanna –No, no es nada.- Electra penso qie lo mejor seria no decirle nada por ahora hasta que pudiara hablar con Fyre o investmas acerca de la magia, se puso de pies para irse a su habitación-– sigan en sus… cosas, me iré a mi habitación Karleen, esta todo bien en verdad?- hanna seguia preocupada- –Estoy bien, tuve un mal sueño. Eso solo eso. Estare bien, no te preocupes. - ellos asintieron aun extrañados por la forma de actuar de Electra, ella ya se iba a marchar pero antes de irse abrazó a sus amigos con fuerza y se despidió. –Que le sucede, estaba muy pensativa y… extraña !- preguntó Derek –Sí, ella no es especialmente expresiva. Claro que le sucede algo.- respondió Hanna pensativa. –Pudo haber sido una pesadilla, no crees?- le dijo mientras se acercaba a ella –Siempre ha tenido pesadillas, pero si en verdad fue una no debió ser muy buena para estar asi- Derek sabía que se estaba preocupando y la mejor manera de sacarla de esos pensamientos ya él la conocía. –Ya se le pasará my Sherry, mañana estará bien amor. Ya verás- Hanna sonrió con picardia al descubrir su objetivo –Amor, ahora no - trato de detenerlo pero el seguía con su camino de besos por su cuello y esas cosas la encendían de mala manera. –Amor,cre….creo que debes pa… parar- dijo casi en un jadeo –Segura que quieres que pare!- preguntó con su voz grave y sexy y con su segunda intención Derek mordiendo el lóbulo de la oreja izquierda –Ahhhh, Derek. - jadeo Hanna exitada por tal acción, aun su preocupación no se había desvanecido,lo olvidaria solo por esta vez y disfrutaría este momento y ya mañana descubriría lo que le pasaba a su amiga. –mmmm, paro?- –No, vamos a mi habitación. Derek sonrió satisfecho y tomando sus manos salieron corriendo uno detrás del otro a terminar aquello que Electra había interrumpido hacia unos minutos, las ganas seguían siendo las mismas minutos atrás o tal vez ahora eran más fuerte. Mientras tanto Electra seguía en su cama buscando una respuesta a sus preguntas, pero no las encontraba y Fyre no daba señales por ningún lado. Lo que la hacía dudar de si en verdad estuvo en aquella batalla y persecuciones y si vivió todo aquello, es qué vio por todo lo que tenía que pasar, las persecuciones,, los guardianes que la protegian, aquellos que dieron su vida por ella, sus padres, los viajes a través de otro sueño, la angustia de Hanna y de su chico misterioso, ése que quería conocer, amarlo. Aunque a última hora no pudo verlo por sacrificar su vista por el poder de Fyre, no llego a verle nunca la cara y ahora moria ,anhelaba verlo una única vez,saborear de verdad aquel beso que le dio de despedida. Lo quería ver una vez más y está vez ella no iba a irse corriendo, está vez ella lucharía por él, sería ella quien lo busque entre luces y sombras.La guerra había terminado.Las ruinas del santuario quedaron atrás, como el eco de una era que ya no volvería. La grieta entre mundos fue cerrada. La oscuridad que alguna vez amenazó con consumirlo todo… ahora era solo una sombra más entre los recuerdos.Pero los sobrevivientes sabían algo que el resto del mundo ignoraba:la paz no llega con un final, sino con una elección.Y ellos la eligieron.Electra no volvió a Ebrerton ni a Lunaria, a menos que fuera solicitada por Maya, o por Eidili en Ebrerton. Su hogar era junto a James, su lobo sexy y atractivo. Ahora caminaba junto a él, rumbo al territorio de su manada: Blood Moon. Allí, entre montañas cubiertas de niebla y bosques antiguos, la esperaban no como una fénix, ni como una hija del fuego, sino como su Luna. La más poderosa de todas.No fue fácil al principio. Las tradiciones, los ancianos, los secretos de esa tierra nueva. Pero Electra no temía los cambios. Había nacido para atravesarlos.James la presentó como su compañera e
El cielo rugía como un animal herido.James, en su forma dracónica, embistió a Gwyddyon con un rugido que desgarró las nubes. Las llamas que brotaban de su garganta no eran solo fuego: eran venganza, dolor y amor comprimidos durante siglos.—¡¿Dónde están los padres de Electra?! —rugió, sus alas desplegadas como dos muros ardientes—. ¡Respóndeme, bruja!Gwyddyon sonrió, impasible, sus ojos negros como pozos sin fondo. Vestía de sombras, y su cuerpo ya no era del todo humano. Su piel estaba marcada por runas sangrientas, y detrás de ella se alzaban tentáculos de energía oscura, como si la misma oscuridad la coronara.—¿Aún no entiendes? Tus padres… viven solo en su miedo. Yo soy su carcelera, su diosa… ¡y su verduga! Aunque, querrás decir tu oadElectra, envuelta en fuego dorado, se colocó al lado de James. El cabello le danzaba como llamas, y sus ojos brillaban como soles diminutos.—No eres una diosa. Eres una enfermedad. Y voy a ser tu cura. ¡Si los tocaste te mataré, Gwyddyon!—Oh,
El zorro akira estaba en shock, lo que veían sus ojos era imposible de creer.Irlina, la mujer que amaba convertida en un monstruo extraño. De su cuerpo salían extremidades que parecían alas esqueléticas, parecían las alas de un vampiro y de sus manos salian uñas demasiado largas deformadas, sus ojos estaban como rubíes de rojos.—¿Entonces que dices, amor?— le preguntó en un tono seductor y provocativo. Nada usual en Irlina. —¿Dónde esta ella? ¡Dímelo!— La cosa frente a él sonreía o aparentemente eso hacía.Akira sin razonar atacó, el monstruo esquivó con facilidad. No dejaría que Gwyddyon intentara manipularlo, no la dejaría salirse con la suya. —¿Cómo puedes atacarme, amor? Soy yo, Rosemary— le dijo sonriendo enviando una holeada de magia oscura. Akira desvió el ataque de volviéndolo a ella pero ahora triplicado en poder.Pero la magia se deshizo antes de llegar a ella.—Voy hacer que salga s de su cuerpo y después voy a enviarte al infierno. — espetó con rabia. El suelo ardía ba
La luz que manaba del corazón de la tierra no era solo magia antigua: era una advertencia.—El sello… está respondiendo a Hanna —susurró James, sintiendo que su propia energía oscilaba como un hilo a punto de romperse.— Hay que localizarla, antes de que sea tarde.Electra lo tomó de la mano, con fuerza.—Entonces iremos a ella. Juntos.El único estaba cerca era Akira que batallaba contra un grupo de criaturas deformadas, tenía en su pecho una extraña sensación. Sentía tan cerca la presencia de Irlina que pensó que tal vez algún hechizo lo había alcanzado.—¡Akira!— lo llamo con urgencia Electra, ayudando a combatir a los enemigos que lo rodeaban—Tenemos un problema. —Lo sé. — y de un golpe con su espada terminó con los enemigos cerca.— La energía cambió y además todos estamos dispersos. Es lo que esa maldita bruja quiere. —Entonces, no le demos ese gusto. Vamos a reunirnos y a buscar a Hanna. — akira asintió y al percatarse de la presencia de James le apuntó con la espada al cuello.
Los hechiceros oscuros estaban furiosos.Eso no debía pasar.El dragón oscuro tenía que estar del lado de Gwyddyon.Pero no todo estaba perdido.Una sonrisa torcida se dibujó en los labios de Kaira. Sabía cómo voltear el juego a su favor.—Kael, ¿sabes que no tienes que cambiar? Gwyddyon te acepta tal y como eres —intentó convencerlo, con voz seductora.Lo que no sabía es que no solo era Kael.Era James.Eran ambos.Y estaban decididos a terminar con aquella guerra.—No vengo en ayuda de nadie. Vengo a terminar esta guerra —le respondió con tono gélido. Su voz resonó como una tormenta sin control—. Tú decides si te interpones… o no.—James, no la escuches, por favor —rogó Electra.Sus ojos se cruzaron con los de él, y fue como si esa mirada le atravesara el alma.Era él.Su destinado.—Claro —interrumpió el hechicero oscuro, burlón—. Lo único que quieres de él es sellar su poder.El dragón batió sus alas y una honda mágica lanzó por los aires a ambos hechiceros.—Perdón. Era una moles
Nadie en el grupo sabía que James era él dragón oscuro, Electra no sabía si decirlo o callarlo. Su corazón estaba adolorido, destrozado Dio un paso.Uno solo.Y entonces él habló.—¿Vas a detenerme?Su voz no era la suya.Era más grave. Más rasposa. Como si arrastrara siglos de dolor contenido.Los demás se extrañaron por su distancia y forma de responderle a Electra. Él siempre estuvo a su lado, amandolaa, protegiéndola y ahora no quería ni acercarse a ella.—No quiero hacerlo —respondió Electra, firme—. Pero si debo...Él giró lentamente. Sus ojos —esos ojos que un día se cerraron junto a los suyos en un beso sellado por el destino— ahora ardían con una oscuridad insondable.—¿Quién diablos eres?— pregunto Hugo tomando posición de ataque al ver la peligrosidad en el. Akira se interpuso en el camino de Hugo que iba a lanzarse a James. Akira lo había intuido antes cuando Kael, el espíritu del dragón, los atacó en el bosque pero James resultó muy astuto y supo engañarlos a todos.—¿Qu
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