TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 30. Un frío que adormece
TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 30. Un frío que adormece
No eran gritos, no eran voces. Aquel golpeteo más bien parecía como si el vecino de abajo, enfadado, golpeara su techo con el palo de la escoba para hacer callar a sus molestos vecinos de arriba.
Pero fuera cual fuera, aquel sonido seguía siendo algo elementalmente humano.
—¡Hay alguien! —confirmó Carter y Rebecca soltó una carcajada entre sollozos.
El hombre, sin perder un segundo, empezó a revisar alrededor y muy pronto volvió a excavar como un poseso.
—¡Vamos, vamos! ¡Abran paso! ¡Hay que llegar hasta el marco del techo! Siente hay una escotilla de rescate por la parte superior pero está cerca del marco, es hacia abajo. ¡Vamos, búsquenlo!
El grupo redobló fuerzas. La nieve volaba en todas direcciones, pero siempre fuera de aquel pozo improvisado de cuatro metros de profundidad. La adrenalina reemplazaba el cansancio, y cuando por fin despejaron una parte del tejado, Carter tanteó los bordes y logró desprender una pequeña