TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 16. Confesiones
TODOS LOS BESOS DE TU BOCA. CAPÍTULO 16. Confesiones
Los días comenzaron a pasar veloces para Henry y Rebecca. Todo parecía deslizarse entre risas, miradas cómplices y mensajes a medianoche. Con ella, Henry estaba viviendo una etapa rara que jamás había vivido con nadie. Julie Ann había saltado directamente de ser su “amor ideal” a ser su amante; pero con Rebecca estaba viviendo toda la etapa cursi y desesperada del novio enamorado hasta los huesos. La invitaba a salir a citas improvisadas, la llevaba al cine y le enviaba caramelos ácidos en lugar de chocolates, porque ahora sabía que a ella le gustaban más.
Rebecca se reía cada vez que abría una cajita llena de esos dulces coloridos, y Henry, solo con escuchar su risa al otro lado del teléfono, sentía que todo valía la pena. Aun así, ambos evitaban mostrarse en público deliberadamente. Preferían pasar desapercibidos, pasear de incógnito, como si fueran una pareja cualquiera. En cafés pequeños, parques escondidos o en su auto, hablaba